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  • Foto del escritorMariló Molina

Hoy soy la primera!

Hola!

Después de 2 años distanciada de las redes y de la actividad de mis talleres, regreso para compartir contigo mi historia: la de una mujer que convive con Parkinson recorriendo y explorando los caminos de la motivación para priorizar su autocuidado sin sentirse mal por ello ni padecer un desgaste extra. Desde mi diagnóstico, soy consciente de mis limitaciones en cuanto al ritmo y la lentitud con la que ejecuto mis tareas cotidianas y laborales, y de como va menguando mi agilidad y fuerza para manejar mi mano derecha, pues soy diestra, excepto a la hora de dibujar y pintar, hecho que agradezco profundamente a la vida. Llevo más de la mitad de mi vida dedicando la mayor parte de mi tiempo a cuidar, acompañar y ayudar a l@s demás, de la mejor forma que sé y puedo. Estas vivencias me han reportado muchos momentos maravillosos y enriquecedores, claves para sentirme feliz. Sin embargo, mis ideas y creencias sobre lo que representa ser mujer, me han hecho sentir a la vez insatisfacción o culpabilidad entre tanta exigencia, cayendo en el olvido de mí misma durante los años que he ocupado la última posición de mi lista de prioridades.

Y, paradógicamente, la vida me ha revertido los papeles creando la necesidad de anteponerme y de bajar el ritmo en esta sociedad actual de la inmediatez, en la que adaptarme a las nuevas circunstancias está siendo todo un reto y una nueva oportunidad de crecimiento para mí. Participar en la edición 2021 del Programa MIAS (Mujeres Informadoras como Agentes de Salud, a través de la Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS) ha supuesto un gran avance para mi autoconocimiento y salud, y es por ello que a través de este post quiero compartir mi trabajo final: una infografía sobre el autocuidado de las mujeres, que trata de aportar información, claves prácticas y algunos ejercicios con perspectiva de género. En ella explico como el sistema patriarcal y el ritmo rápido, inmediato, de un "hacer" continuo de la sociedad actual en la que vivimos, incrementa nuestro desgaste físico, mental, espiritual y emocional por no sentirnos capaces de "parar" a pesar de estar cansadas, estresadas, tener hambre, sueño..., de una u otra manera, fomentando una autoviolencia de la que no somos conscientes. Este ha sido mi caso y aún sigo en proceso de cambio. Espero que la infografía te guste, tanto si te cuidas como si aún estás en camino de lograrlo. Y si eres de las que aún no has empezado, ¿a qué esperas? En el autocuidado, todo son ventajas! Gracias, #CuidateMujer💜🦋 #AQueEsperas 🙌🏻💚😘





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