El sagrado arte de mirar y escuchar
- Mariló Molina
- 5 dic 2017
- 3 Min. de lectura

Uno de los regalos más preciosos que podemos hacer a otra persona es escucharla de verdad, mirándola a los ojos, con atención, quieta, fascinada, con todo nuestro ser, completamente presente. Pero para poder alcanzar esta posibilidad, es necesario haber llevado a cabo esta experiencia previamente con nosotras/os mismas/os.
A lo largo de nuestra infancia, desarrollamos nuestra particular forma de percibir el mundo, en base a lo que hemos visto y, a menudo, en lo que hemos escuchado, influyendo en nuestra forma de pensar y, por tanto, en la forma de actuar en situaciones futuras.
Para gozar de una vida plena y de unas relaciones interpersonales enriquecedoras, es necesario favorecer un crecimiento con una sana autoestima. El ejemplar poema de Dorothy Law Nolte refleja cómo los niños son una esponja que absorven lo que ven y aprenden lo que viven:
“Si un niño vive en la crítica, aprende a condenar. Si es tratado con hostilidad, aprende a ser agresivo. Si vive con miedo, aprende a ser temeroso. Si es avergonzado, aprende a sentirse culpable.
Pero si un niño es estimulado, aprende a tener confianza. Si es tratado con tolerancia, aprende a ser comprensivo. Si es apreciado, aprende a valorar a los demás. Si vive con aprobación, aprende a quererse. Si vive compartiendo, aprende a ser generoso. Si es tratado con honestidad, aprende a ser sincero. Si es tratado con consideración, aprende a ser respetuoso.
Y si vive sus años más tempranos rodeado de amor honrado, aprenderá que el mundo es un maravilloso lugar donde vivir”.
Por eso es importante estimular a nuestros hijos e hijas a través de nuestro ejemplo, y ello implica llevar a cabo un previo proceso de autoconocimiento, desarrollando el arte de mirar y de escuchar con amor hacia nuestro interior.
Autoconocimiento: la clave para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos
Tomarnos el interés de conocernos más y mejor nos permite mejorar nuestra autoestima, siendo conscientes de nuestras luces y de nuestras sombras, de aceptarnos tal y como somos, de sentirnos auténticos/as aprendiendo a aceptar y regular nuestras emociones, aliando con amor nuestra mente y nuestro corazón, transformando nuestros pensamientos limitantes y negativos en otros positivos con poder de acción.
El autoconocimiento es un gran acto de valor, puesto que desde la infancia nos han enseñado a someternos a la voluntad y a la opinión de nuestros mayores, de nuestros líderes políticos, religiosos o de cualquier figura de autoridad. Nos han hecho creer que cualquiera sabe más o tiene más potestad sobre nosotras/os que nosotras/os mismas/os. Por ello es necesario atreverse a ser una/o misma/o y explorar nuestra mente.
Un buen comienzo para transformar nuestra vida, es la propuesta de Louise L. Hay, escritora y oradora estadounidense, considerada una de las figuras más representativas de los libros de autoayuda y crecimiento personal, que nos brinda en su libro “Ámate a ti mismo/a y cambiará tu vida”, el cual consiste en colocarse frente a un espejo y mirarse a los ojos, escuchando nuestra voz interior con afirmaciones positivas para aumentar nuestra autoestima (voy a aprender a quererme, estoy dispuesta; Me amo y me acepto tal y como soy; Me siento cómoda/o y feliz siendo yo misma/o; Reconozco completamente que soy una persona valiosa...)

La misión más importante en esta vida es la de conocernos a nosotras/os mismas/os, aceptarnos y convertirnos en nuestra mejor versión. Si queremos que haya paz en el mundo, debemos aprender a cultivar la mirada y escucha sagradas. Sólo así seremos capaces de empatizar con las demás personas y de pensar y actuar libremente en coherencia con nuestras emociones.
Comments